La botella de vidrio cumple una finalidad muy importante en la evolución de los vinos: en su interior se redondean los taninos procedentes de la uva y del envejecimiento del vino en la barrica y se forman nuevas notas aromáticas, fruto del medio reductor que proporciona la botella al aislar al vino del oxígeno. La capacidad de la botella influye en el proceso evolutivo del vino, las botellas con mayor capacidad favorecen una mayor longevidad del vino que contienen.
La botella estándar es de 75cl. Pero existen otros formatos, mayores o menores, que tienen nombre propio en función de su capacidad: